Gracias a los avances tecnológicos surgen nuevas formas sostenibles de ahorrar energía que además hacen nuestra vida más fácil. Una de ellas es la aerotermia, un sistema de climatización innovador, eficiente y renovable que extrae hasta un 75% de la energía del aire y la convierte en calefacción, refrigeración o agua caliente mediante un único equipo.
Este mecanismo se ha convertido en el sustituto del gas o la electricidad y puede suponer un ahorro en las facturas ya que el calor que produce suele ser un 20% más barato que el gas natural. Así que, si te acabas de mudar o has decidido cambiar la instalación de tu casa, aquí te contamos las principales ventajas de este sistema y cómo incorporarlo a la domótica de tu hogar.
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¿Cómo funciona?
Antes de entrar a detallar las ventajas de esta energía renovable, hay que entender su funcionamiento. La aerotermia funciona gracias a una bomba de calor diseñada para generar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente sanitaria durante todo el año. Para conseguirlo, utiliza la energía que se encuentra en el aire, independientemente de la temperatura que haya en el exterior combinando electricidad, mecánica y clima para convertirse en la energía más eficiente del mercado actual.
Instalación rápida y sencilla
La instalación debe realizarla un técnico especializado para asegurarnos de su correcto funcionamiento, pero no es demasiado complicada ya que son estructuras que vienen premontadas de fábrica.
Para poder aprovechar las ventajas de este sistema será necesario adquirir un equipo adecuado y contar con un espacio suficiente. En total deberá instalarse una unidad exterior o compresor donde se recoge el aire, una interior que cederá el calor generado al agua que alimenta el sistema de climatización y, por supuesto, el equipo de calefacción y/o refrigeración al que se quiera abastecer.
Ahorro en la factura de la luz y el gas
Además de su eficiencia energética, uno de los principales beneficios que nos reporta cambiarnos a la aerotermia es el ahorro en la factura. Si tu calefacción actual es eléctrica, notarás la diferencia ya que se consume mucha menos energía eléctrica (kWh) y si lo comparamos con la calefacción por gas encontramos que es un 25% más barata.
El precio de la instalación variará en función del tamaño de la vivienda y los suministros de calor o frío que instalemos, pero, para tener una referencia, un equipo económico suele costar unos 2.000 euros, un precio no muy elevado si tenemos en cuenta su eficiencia y su amortización en apenas 2 o 3 años.
Suelo radiante para calefacción o refrigeración
Aunque la aerotermia puede proporcionar calefacción a través de los radiadores convencionales o los equipos de aire como splits, lo más recomendado es hacerlo a través del suelo radiante. Esta es la mejor forma de aprovechar al máximo esta energía, que no reseca el aire ni en invierno ni en verano puesto que se ajusta en función de la temperatura exterior y el nivel de humedad.
Este sistema es ideal para las viviendas nuevas o en reforma en las que se puede aprovechar e instalar el suelo radiante antes de que esté terminada o de que se haga una instalación con radiadores, ya que entonces sería muy costoso eliminar las tuberías ya existentes.
Control domótico
Los equipos de aerotermia se pueden integrar en la domótica de la vivienda y controlarlos fácilmente, por lo que además del ahorro y la eficiencia energética, conseguiremos un sistema de climatización cómodo y adaptado a las nuevas tecnologías del hogar.
En dependencia del método que instalemos, no solo podremos monitorizar la instalación desde el móvil, sino que también es posible recibir alertas en caso de que se produzca alguna incidencia, lo que nos permite un mayor control sobre lo que ocurre.
Seguridad y facilidad
Además de tener una instalación sencilla, la aerotermia es un sistema muy cómodo ya que no necesita apenas mantenimiento y ofrece más seguridad que las calderas tradicionales al ser una energía renovable y sostenible, certificada por la Unión Europea desde 2007. Por otra parte, ofrece la comodidad de contar con un único equipo que se encargue del frío y el calor de todas las estancias y equipos del hogar.